ALBERTO TAPIA
Cráneo de uno de los cazadores
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Un equipo de científicos dirigido por el biólogoCarles Lalueza-Fox, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha logrado recuperar por primera vez parte del genoma de dos individuos que vivieron durante el Mesolítico, hace unos 7.000 años, en lo que ahora es la provincia de León. Este genoma es el más antiguo de un ser humano moderno e incluso supera a la famosa momia Ötzi, el «Hombre de hielo», en 1.700 años. Los restos, hallados en la raíz de piezas dentales de los dos hombres, han comenzado a desvelar los primeros secretos. Estos antiguos cazadores no están emparentados con los españoles actuales. La investigación aparece publicada en la revista Current Biology.
Los restos proceden del yacimiento de la Braña-Arintero, en Valdelugueros (León), descubierto en 2006 de forma casual. La cueva, ubicada en un lugar frío y montañoso, a 1.500 metros de altura, resultó propicia para la buena conservación del ADN de los dos individuos hasta nuestros días. Los dos jóvenes varones adultos, bautizados cariñosamente como Wenceslao y Ataúlfo cuando aparecieron sus esqueletos, fueron depositados allí por una abertura que después quedó sellada. Son contemporáneos y comparten ADN mitocondrial, por lo que podrían estar emparentados.
ALBERTO TAPIA
Mandíbula
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Aunque los datos sean incompletos -solo suponen el 1,34% y el 0,5% del genoma de los dos individuos-, son suficientes para que los científicos sepan que no son antepasados de los españoles actuales, ya que se ha apreciado en ellos 50.000 variantes genéticas distintas. «No tenemos nada que ver con ellos. Estaban más cerca de poblaciones del norte de Europa como Escandinavia o Gran Bretaña», explica a ABC.es Lalueza-Fox. El científico cree que esto se debe a que en el norte de Europa, el asentamiento del Neolítico fue más lento y es más fácil que el legado genético de estos cazadores-recolectores llegara a las poblaciones actuales.
Unos europeos distintos
El avance en el conocimiento del genoma de estos cazadores puede desvelar aún más secretos. «Los europeos actuales somos descendientes del Neolítico. Nuestra dieta, salud y organización social es neolítica, nuestro genoma ha sido modelado por el Neolítico y sería muy interesante saber cómo era un genoma anterior», apunta el biólogo. «Veríamos a un europeo con cambios significativos en un montón de genes relacionados con la dieta, el metabolismo, la inmunidad e incluso con la cognición», subraya. «Sería una forma un poco diferente de ser europeo».
Hasta el momento, solo se disponía de un genoma de la prehistoria europea, el de Ötzi, que vivió hace 5.300 años. Su momia fue descubierta en los Alpes del Tirol, en la frontera entre Austria e Italia. Lalueza-Fox cree que el desarrollo de técnicas más avanzadas nos permitirá obtenernuevos genomas antiguos para poder estudiar la trayectoria de los europeos.
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